El 24 de julio pasado se emitió en la TV Pública el debate
¿Es viable la minería a cielo abierto?, debate protagonizado por Nicolás Gutman, Lic. En Ciencias Políticas y el Geólogo Mario César Alderete.
¿ES VIABLE LA MINERÍA A CIELO ABIERTO? Es lo que quisieron preguntar?, es lo que se debatió?, debatir si es viable la minería a cielo abierto, no es como debatir sobre la rueda o el fuego?, si son útiles, si sirven?.
Junto a qué ponen a la minería?, cuáles son los otros debates?
Empezamos mal, el debate de la minería se hizo después de ¿Hay que despenalizar el aborto?, y los próximos debates fueron ¿Hay que despenalizar el consumo de drogas? y ¿Hay que despenalizar la eutanasia?. Es una manera muy poco feliz, hasta prejuiciosa, de agrupar a una actividad legal, regulada y de interés público como la minería, junto con otras que son consideradas delitos por la legislación vigente.
La producción del programa EL DEBATE no es la responsable de la pregunta. La tele no hace más que reflejar la percepción que tiene buena parte de la sociedad de la minería, una imagen casi delictiva, instalada por la repetición de mitos, medias verdades y mentiras. Una visión producto del accionar antiminero y de la ausencia de la minería comunicando....
¿Es viable la minería a cielo abierto?, La respuesta es fácil, y muy clara
La pregunta llega unos miles de años tarde, y la repuesta es SI. Si no fuera viable, no existiría nuestra civilización. La minería a “cielo abierto” es la única forma de obtener las rocas, minerales y metales con que construimos nuestra civilización, y la practicamos desde hace miles de años.
La minería a “cielo abierto” nace cuando el primer homínido se agachó para recoger una piedra y la convirtió en herramienta. A partir de allí, la minería y el conocimiento para procesar sus productos marcan la evolución tecnológica de la humanidad, pasando por la edad de piedra, cobre, bronce, hierro, hasta la revolución industrial con los combustibles fósiles sólidos. Más recientemente, la revolución del transporte con los combustibles líquidos, y desde mediados del siglo pasado, con nuevos materiales, combustibles nucleares, superconductores, etc.
La minería en nuestras vidas
Estamos rodeados de productos mineros, el piso, las paredes, el techo, veredas y calles, nuestro auto, celular, computadora, herramientas y cubiertos, son los más obvios. Pero también nuestros alimentos no existirían sin ellos, fueron sembrados, fertilizados, matados, cosechados, pelados, transportados, procesados, adicionados, filtrados, entubados, almacenados, envasados, calentados, enfriados y servidos usando productos mineros. Incluso el papel en general y el de moneda en particular, que se usa para hacer los billetes con los que pagamos nuestros alimentos, tienen productos mineros en su pasta y en su tinta.
Discutir la necesidad de la minería es un insulto a la lógica y a la historia de la humanidad.
MINERÍA, la primera industria del hombre, y a “cielo abierto”
Siempre que el hombre pudo tomar del piso un mineral, evitó hacer un túnel. El hombre hace minería a
“cielo abierto” desde hace miles de años, las explotaciones mineras más antiguas del mundo están en Sudáfrica (40.000 A.C.), Australia (30.000 A.C.) y Grecia (15.000 A.C.). Hace 12.000 años en el norte de Chile, y antes de la agricultura,
los hombres se organizaban para hacer minería a “cielo abierto”, extrayendo más de 2.000 t de óxidos de hierro, un colorante que usaban para sus ritos, pintando sus cuerpos y el de los muertos. Una actividad organizada, la primera más allá de la caza y recolección, con la posible producción de excedentes para realizar intercambio.
Y el hombre siguió explotando a “cielo abierto”, para extraer piedra, sal, cobre, estaño, oro, plata, hierro, carbón, yeso, caliza, mármol, etc., minerales y metales, con los que creó edificios, caminos, puentes, armas, herramientas, joyas y moneda. Productos mineros con los que prendió fuego para calentarse, cocinar o hacer metalurgia. Algunas explotaciones a “cielo abierto” siguen hasta nuestros días, como las de mármol de Carrara.
Mucho más del 90% de las rocas, minerales y metales que usó el hombre desde hace miles años, con los que construyó la civilización, los extrajo a “cielo abierto”. En forma subterránea, sólo extrae aquellos minerales de alto valor y disposición subvertical a vertical. Y así se sigue haciendo, casi todo a “cielo abierto”.
Con seguridad, esta no es la respuesta que estaban esperando.
Entonces, por qué preguntan eso?
Es como cuestionar si el hombre puede matar seres vivos para alimentarse, o quemar combustibles para hacer fuego..., una pregunta que sólo puede plantearse desde el desconocimiento y el prejuicio. Por eso, para poder interpretar una pregunta mal hecha y responderla, se convocó a un
“antiminero” que habla como si supiera del tema, de lo que nos ocuparemos en una próxima nota.
Un aporte más a la confusión general...
Los
“antimineros”, y nuestro
“antiminero” en particular hablan de
“minería a cielo abierto”, o
“megaminería a cielo abierto”, refiriéndose en forma vaga y confusa al procesamiento de minerales por lixiviación en pilas para extracción de metales, actividad que efectivamente se hace al aire libre, con utilización de químicos. Pero extienden esa denominación en forma peyorativa a todo tipo de minería moderna.
No parece un error involuntario o por simple ignorancia, pues de esa forma instalan la confusión general, englobando a toda la minería, usando los mismos argumentos, tanto sea para oponerse a la explotación de cobre en San Jorge (Mendoza) y agua Rica (Catamarca), hierro en
Aratirí (Uruguay), potasio en Potasio Río Colorado (Mendoza), litio en la Puna y hasta el mismo oro por lixiviación en tanques, como Don Sixto (Mendoza), en Esquel (Chubut) o de Cerro Vanguardia (Santa Cruz), en instalaciones industriales cerradas. Y hasta se oponen a la
explotación de cuarzo en Córdoba.
Y un poco de demagogia: Confusión e ignorancia que también exhiben algunos candidatos, como
Alberto Rodriguez Saa, cuando dice:
“Todos los partidos se tienen que expresar en contra de la minería a cielo abierto...”. O que la explotan para conseguir clientela política, como el candidato antiminero en la interna del PJ mendocino,
que perdió por paliza.
No alcanzan a entender que tamaño, extracción y procesamiento son cosas separadas. Y si lo entienden, aprovechan la confusión, y hasta la promueven, para oponerse a todo proyecto minero, de cualquier tipo. Y algunos políticos para hacer demagogia.
Hablan de “MEGAMINERIA A CIELO ABIERTO”
TAMAÑO, el “mega” digamos: El tamaño de un yacimiento lo decide la naturaleza. Creen seriamente que es mejor producir autos en forma artesanal, de a 10 por mes en talleres, como se hacía hace 100 años?, antes que en una moderna planta automotriz, de a decenas de miles?. Suponen que reemplazar un “mega” yacimiento por 10 minas más chicas, disminuye el riesgo de impacto en el medio ambiente?.
A nadie se le ocurriría discutir las ventajas de la instalación de una gran automotriz con experiencia mundial, aportando experiencia, capital, y produciendo en forma eficiente con la mejor tecnología para abastecer a todo el mundo. Pero en la minería les molesta el tamaño.
EXTRACCIÓN DEL MINERAL: Hemos visto que el hombre explota minerales y rocas a cielo abierto desde hace miles de años. La minería subterránea sólo se utiliza cuando la disposición de la roca, muy rica en mineral, es vertical o subvertical, cuando las características geográficas así lo imponen, y los costos lo permiten.
La explotación comienza con voladura, arranque, transporte, trituración y selección, procesos comunes para todo mineral o roca que se procesa o despacha con normas de tamaño definidas. La voladura y arranque puede realizarse tanto en forma subterránea como a cielo abierto. Las piedras ornamentales, como mármol, granito, travertino, laja, etc., son extraídas con procedimientos que preserven la integridad de la roca.
La explotación a “cielo abierto” se utiliza en la extracción de rocas de escaso valor, o con bajo contenido de elementos valiosos, pues es la única forma de hacerla posible, al extraer grandes cantidades con procedimientos mecánicos de bajo costo. La explotación de un yacimiento puede ser a cielo abierto, subterráneo o en una combinación de ambos. La opción entre explotar una mina a cielo abierto o en forma subterránea, depende de las condiciones geográficas, distribución del mineral, de los costos, y hasta del clima. Incluso un mismo yacimiento puede ser explotado en parte a “cielo abierto” y en parte subterráneo a lo largo de su vida, y hasta en forma simultánea. Una misma explotación puede ser “megayacimiento” sin ser a “cielo abierto”, o dejar de ser a “cielo abierto” para ser subterráneo.
PROCESAMIENTO: La roca extraída, tanto en forma subterránea como a “cielo abierto”, es tratada para separar el mineral de interés, o recuperar el metal para su posterior refinado. Este proceso se realiza en una planta industrial próxima a la mina, aprovechando las propiedades físicas y químicas del mineral, para obtener un “concentrado”, el metal o el mineral.
El método de concentración o extracción depende de numerosos factores. Partiendo de las características del mineral, a qué otros minerales se asocia, disponibilidad de espacio, clima, volumen de explotación, etc. Los mismos ingenieros que diseñan, construyen y supervisan nuestras industrias químicas, petroquímicas, de alimentos, farmacéutica, metalúrgica, plástica, vitivinícola, etc., utilizando técnicas y productos químicos similares, son los que trabajan en el proceso del mineral, aplicando las mejores prácticas y medidas de seguridad disponibles. Son ingenieros argentinos, recibidos en nuestras universidades.
Cuál es la pregunta?
El sector minero ha estado ausente, no ha comunicado qué es la minería, y ellos ocuparon el espacio, mienten, repiten slogans, los instalan, y parte de la sociedad les cree. El planteo en EL DEBATE no hace más que reflejar la imagen que la sociedad tiene de la minería.
Sin los prejuicios, y planteando las preguntas correctas, el debate pierde absoluto sentido, y lo que es peor para la supervivencia del pensamiento y accionar antiminero, pierde dramatismo, pierde impacto. Se convierte en algo que no merece debate alguno, sólo unas pocas explicaciones y ejemplos.
Entonces podremos reemplazar la pregunta original: ¿es viable la minería a cielo abierto?, por otras con menos dramatismo e impacto televisivo:
¿Se puede hacer minería sin contaminar? y ¿La minería trae beneficios a la comunidad?
O, en honor a la sencillez y síntesis televisiva, se puede resumir en una pregunta simple, sin prejuicios:
Se puede hacer minería sin contaminar, con beneficio para la comunidad?.
NOTA: en un próximo artículo veremos los argumentos del antiminero invitado, y la realidad.