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Y los precios también pueden bajar (dedicado a ALDO)


En la nota “Sobre un matemático ruso y minera San Jorge” (Diario El Sol 27/07/2010) el comentarista ALDO hace la siguiente consulta: “por qué la empresa estima el proyecto considerando un precio de 1,65 dólares la libra de cobre y no de 3 dólares como es su cotización en los mercados internacionales?”.

ALDO sospecha

ALDO debe creer que hacer la factibilidad en valores bajos, es un método para subvaluar el proyecto y encubrir las “ganancias extraordinarias” cuando sube el precio. En parte ya tiene la respuesta, hemos visto en “QUIÉN SE QUEDA CON EL AUMENTO DE PRECIOS?”, que ante la suba del precio de los metales, el mayor beneficiario es el Estado; incluso con un incremento del 300% en el precio, los impuestos siguen siendo más del 50% de las ventas. Ahora vamos a ver el impacto de la variación de precios en rangos más discretos, y el efecto ante la baja.

Y le vamos a explicar a ALDO como se calcula la factibilidad de un proyecto.

Baja el precio, y los costos tampoco son fijos

Ya sabemos que el precio determina los costos; cuando el precio baja, permanecen vigentes los dos factores mencionados en el trabajo anterior, actuando en forma inversa. El “efecto devaluatorio” se transforma en “efecto apreciación”, con un impacto de un tercio sobre los costos, pero la inversa del “efecto riqueza”, ya no implica otro tercio, pues los costos son inelásticos respecto del precio. Podemos estimar el “efecto pobreza” en la mitad del “riqueza”, pues siempre es más fácil subir costos que bajarlos. Esta baja de costos se manifiesta en menos RSE, atraso tecnológico y hasta consumo de capital.


Impuestos, costos y rentabilidad

En la tabla podemos ver la evolución de impuestos, costos y rentabilidad, en forma absoluta y en participación porcentual, para precios que varían entre 70 y 200, tomando base 100, desde un 30% de baja, hasta un 100 % de suba. Para la base 100 adjudicamos una rentabilidad del 12%, como piso del negocio. Puede ser que algún proyecto se calcule a una rentabilidad mayor, del 13 a 15%, tomando precios de 20-40% por encima de la base 100. Pero el piso es del orden del 12%.

Por qué un piso del 12% de rentabilidad?


El mercado ofrece instrumentos de inversión seguros y razonables que dan tasas del orden del 6,5%, como las acciones preferidas de General Electric, pasando por las de la aseguradora Allianz, con tasas del 8,38%. Muchas empresas de primera línea ofrecen bonos corporativos de renta fija en esos valores. Encarar una actividad minera, con riesgos exploratorios, de variación de precios, legales, ambientales, políticos y hasta de muchos Aldos opinando, requiere tasas que al menos superen en cerca del 50% esas rentabilidades seguras.



Cuando el precio sube..., cuando baja...

Partiendo de base 100, cuando el precio sube, la rentabilidad la acompaña marginalmente a expensas de los costos, con impuestos casi constantes, Cuando el precio baja, el panorama es radicalmente distinto, costos e impuestos suben, y la rentabilidad se desploma, bajando al 1% para una caída de precios del 30%.

Cada proyecto tiene su base 100


Para cada proyecto se busca el precio mínimo por debajo del cual, el emprendimiento no es viable, y a ese valor se hacen las estimaciones económicas, llegando a la factibilidad. Por eso San Jorge se calcula a 1,65 U$/& de cobre o los proyectos auríferos a U$600–800 la onza de oro.

Y este tipo de cálculo no es exclusivo de la minería, es la forma elemental en que se proyecta cada negocio, determinando el valor mínimo de venta, por debajo del cual la rentabilidad no cubre los riesgos asumidos.

El problema no es que ALDO no sepa, el problema es que encima opine....