30/10/13

GUATEMALA: otro antiminero que abandona el debate…



Mientras la Iglesia y el mismo PAPA invitan al diálogo, hay gente que insulta y abandona el debate...


Estimado Yuri: “LA CORRUPCIÓN NO ES UNA VENTAJA PARA LA MINERÍA, LA CORRUPCIÓN ES UN SERIO PROBLEMA”



SI, debatí en la radio con el Dr. Yuri Giovanni Melini, titular de CALAS (Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala),  quien luego de insultarme fuera del aire, abandonó el debate. Realmente una pena, era una muy buena oportunidad para intercambiar visiones acerca de la minería y encontrar puntos de partida para trabajar por el desarrollo sostenible en Guatemala. Parece que Yuri Melini no desea eso…



El debate con el titular de la principal organización ambientalista de Guatemala, fue parte de la agenda de medios del Programa HABLEMOS DE MINERÍA en Guatemala, y se realizó en el programa de Luis Felipe Valenzuela, A Primera Hora, el viernes 18 de octubre (link al audio completo).



¿Minería y corrupción?



Dijo Melini: “La industria minera es una de las industrias más corruptas a nivel internacional”... “la inversión minera fomenta la corrupción”



Dicho así, sin anestesia, y sin tener en cuenta que los países considerados  como los mejores destinos de inversión minera, son justamente aquellos de mayor calidad institucional, como lo indican Transparency International y los informes del Fraser Institute



Melini no alcanza a comprender que la corrupción no es una ventaja para la minería, la corrupción es un serio problema.



En Guatemala, ¿la minería abona pocos impuestos?



Dijo Melini: “No es cierto que Guatemala sea uno de los países con más carga tributaria”



Otra vez se pelea con la realidad, que surge de los datos del Fraser Institute, colocando a Guatemala entre el 25% de países de mayor tributación para el sector minero.




Y la gran propuesta final: PROHIBIR, siempre PROHIBIR…



Dijo Melini: “la minería química no es una opción”… aconsejando “prohibir la minería química de metales”



No podemos saber si el problema de Melini es contra la minería, contra los metales, contra la química, o contra todo eso junto. Los mismos ingenieros que diseñan, construyen y operan nuestras industrias químicas, de alimentos, farmacéuticas, etc., son los que, utilizando la misma ciencia física y química, e incluso productos químicos similares, procesan nuestros minerales. Aplican las mejores prácticas y medidas de seguridad disponibles; son nuestros ingenieros, recibidos en nuestras universidades.




Melini es médico, e imagino que debe confiar en nuestros ingenieros cuando fabrican los medicamentos, sin embargo no confía en ellos cuando procesan nuestros minerales.



¿De la impotencia al insulto?...



En un debate, tan importante como lo que se dice al aire es lo que se conversa en las pausas. En el segundo intervalo Melini mostró y agitó, cual trofeo, como si fuera información reservada e inaccesible, el ANNUAL REPORT de la empresa que controla a la mina Marlin. Informe que es público y está disponible en la página web de la empresa, tanto en su versión online como en pdf, y así se lo señalamos la conductora de la emisión y yo.



Melini insistió en la necesidad de distribuir ese informe entre los vecinos de la mina, algunas decenas de miles de personas. Más allá de la absurda idea de usar semejante cantidad de papel, con el impacto ambiental que eso genera, repartirlo entre la gente no tiene sentido:




“Ese informe a la gente no le interesa, van a usarlo para encender el fuego en las casas”, indiqué, “ni yo mismo leo esos reportes, más allá de una mirada a algún dato puntual”.



Imaginativamente Melini interpretó mis dichos como una ofensa a los guatemaltecos; si así fuera, se le presentaba una excelente oportunidad para comentarlo al aire, desluciendo mi intervención. Y a renglón seguido me trató de PENDEJO, con el significado que esa palabra tiene en Guatemala, para luego abandonar la audición.



¿Mi supuesto agravio a la gente de Guatemala?, sólo un argumento para ocultar la impotencia, para justificar el insulto y escapar del debate…



El mensaje de la Iglesia Católica es claro: dialogar…



El 7 de septiembre pasado se realizó la Jornada de reflexión sobre la industria minera mundial, organizada por el Pontificio Consejo Justicia y Paz. El evento contó con la presencia de los representantes de las empresas mineras más importantes del mundo y de organizaciones católicas como Cáritas y Oxfam America.



El mensaje enviado por el Santo Padre, a través del Secretario de Estado cardenal Tarcisio Bertone, dice: las Iglesias locales “harán ciertamente suya la solicitud del Pontificio Consejo colaborando con los dirigentes de las empresas mineras, para ayudarles a desarrollar un enfoque cada vez más completo de la cuestión”.




El mensaje de la Iglesia es muy claro, pide a las iglesias locales establecer un clima de diálogo y negociación para acercar posiciones. Muy lejos por cierto de la actitud de Melini al abandonar el diálogo, más lejos aún del insulto…



Ni diálogo ni tolerancia,... sólo insultar al que piensa distinto y escapar...



Si bien en lo personal el insulto no es relevante, no deja de tener un grave significado. El referente de la principal organización ambientalista de Guatemala es incapaz de entablar el diálogo. Para Melini, aquel que piense distinto, aportando la información que justifica su postura, merece ser insultado, y está dispuesto a hacerlo personalmente.



Quizá sus argumentos sean sinceros, quizá lo suyo no sea solamente un negocio económico, hasta ideológico. Pero Melini se pelea con la realidad, para él la realidad se equivoca, la combate. La negación de la realidad sería sólo un asunto privado, el problema es que Melini usa sus prejuicios como argumentos de una cruzada antidesarrollo, promoviendo el conflicto social.



Tuvimos la oportunidad de compartir nuestras visiones, de comentarlas ante  la audiencia, de debatirlas, pero Melini optó por el insulto y se fue, tiró la toalla, abandonó el debate. Muy lejos del diálogo y la tolerancia que nos sugiere la Iglesia, muy lejos de la propuesta del mismo Papa.



NOTA: Los conductores del programa, Felipe y Beatriz, adoptaron una sana actitud imparcial, con el único detalle de presentarme como asesor en comunicaciones de la minera argentina El Portal. Hace más de año y medio que no tengo relación alguna con esa empresa, podrían haber preguntado…

7/10/13

COLOMBIA: ¿Por qué marchan los antimineros? - VERSIÓN II




 
Algunos intelectuales simulan ser objetivos, emitiendo análisis y opinión desde una supuesta neutralidad. Parecen alertarnos sobre la “conflictividad social” que despierta el tema minero, cuando en realidad están fogoneando el conflicto, dando letra y bajando línea. Leen las pancartas y las repiten con ropaje ilustrado; no hacen más que transmitir ignorancia y prejuicio, en bonitas palabras. ¿A quién benefician?

En la nota COLOMBIA: ¿Por qué marchan? - VERSIÓN I hemos visto la respuesta corta a la nota de Alfredo Molano Bravo “Por la vida” publicada el 15 de junio en EL ESPECTADOR.

Esta es la nota larga, la VERSIÓN II completa:



Marchan otra vez, dicen que es por la vida, por el medio ambiente, y un sociólogo justifica la marcha, la pancarta, la pintada. Todos en contra de la minería LEGAL, ¿con argumentos?, no, sólo ignorancia y prejuicio. De la MINERÍA ILEGAL, la criminal, la que destruye el ambiente y el futuro de los colombianos, nada…



He leído la nota de Alfredo Molano Bravo “Por la vida” publicada el 15 de junio en EL ESPECTADOR, donde el autor comparte la lucha de los que marchan contra la minería LEGAL en Ibagué. Molano Bravo debe tener sus razones para oponerse a la minería LEGAL, pero lo que expresa en su artículo, no es más que la repetición de slogans, frases sencillas, muy aptas para el panfleto y la protesta, pero sin contenido técnico alguno. Molano Bravo utiliza su ascendiente social como sociólogo, periodista y escritor para transmitir irresponsablemente su ignorancia y prejuicios a la comunidad. Desearía creer que lo suyo es solo ingenuidad, que no se da cuenta que promueve el negocio de la minería criminal.



Colombia, ¿un paraíso para la inversión minera? Nos dice el autor: “Colombia es uno de los paraísos para las inversiones en minería por el alto grado de corrupción administrativa, la flexibilidad de normas ambientales y los risibles cánones tributarios”. Y ESO NO ES VERDAD: según el informe del Fraser Institute (Survey of Mining Companies 2012/2013) los mejores lugares para hacer minería en el mundo son: Finlandia, Suecia, algunos estados de Canadá y USA, Australia, Irlanda, Noruega, Botswana, Chile, Marruecos y Nueva Zelanda, en ese orden. En el listado de 97 países y estados, Colombia ocupa el puesto 66 como favorable a la inversión minera, superado por Chile, algunas provincias de Argentina, Méjico, Perú y Brasil, entre los sudamericanos. En cuanto a impuestos, el informe ordena a los países por la carga tributaria total: Colombia ocupa el lugar 27, con más impuestos que en Finlandia, varios estados de  Canadá y de U.S.A,  Australia, Chile, Irlanda, Suecia, Méjico, Turquía y Nueva Zelanda, apenas un poco menos que en España, Perú y Noruega.




Colombia está muy lejos de ser un paraíso para la inversión, como lo son Finlandia o Suecia. Es importante informarle a Molano Bravo, que para la minería, como para cualquier otra inversión, la corrupción es un problema, no una ventaja.



¿Un título minero es una mina?... Al autor nos dice que la empresa minera “tiene títulos adjudicados en Cajamarca sobre 30.500 hectáreas —el 60% del municipio—“. El lector desprevenido puede entender que el 60% del territorio va a convertirse en mina, y es lógico que eso asuste a la gente. Molano Bravo confunde la superficie abarcada por los títulos de exploración con el área efectivamente ocupada por una mina, dos cosas absolutamente distintas. La prospección y exploración se realizan sobre extensas áreas geológicamente favorables, a fin de determinar los puntos de interés donde focalizar la exploración. Los títulos de exploración son para tener cobertura legal sobre el posible hallazgo de algún blanco que pueda llegar a ser mina. En el caso particular de Cajamarca, el área de interés exploratorio ya se ha reducido a escasos cientos de hectáreas.



Si los temores que manifiesta tener e infunde el Sr. Molano Bravo fueran razonables, Chile, Canadá, Australia, Finlandia, Nueva Zelanda o Suecia ya serían agujeros, luego de más de una centuria de minería a gran escala, y no tendrían producción agrícola, forestal ni lugar donde vivir sus habitantes.



¿Les interesa el medio ambiente? Respecto al cuidado del medio ambiente, sin intentar plantear un debate sobre temas técnicos mineros con un sociólogo, corresponde hacer algunas aclaraciones:



USO DEL CIANURO: Nos dice que en la mina se van a “usar 8 toneladas de cianuro”, como si la minería del oro fuera la única actividad industrial que usara sales de cianuro. Sólo cerca del 10% de las sales de cianuro se emplean en la minería mundial de oro, unos 600 yacimientos, la mayoría de ellos en países desarrollados. El 90% restante se usa en la elaboración de muchos productos de nuestra vida cotidiana, como en clarificación del vino y hasta en la sal común de mesa como antiaglutinante. El mismo Molano Bravo lo puede leer en la composición descripta en el envase. En la producción de sal de mesa colombiana se deben consumir mucho más que las 8 toneladas de cianuro mencionadas.




USO DEL AGUA: “malgastar 70 millones de litros de agua para lavar el metal”. La minería no consume agua, usa agua, y no justamente para lavar el metal; se usa en el proceso industrial, y es reutilizada o devuelta limpia al medio ambiente. Los productos mineros no tienen agua en su composición. Hablar de millones de litros por día tiene un fuerte impacto mediático, pero la cifra no representa absolutamente nada, la forma correcta de medir caudales es en litros o metros cúbicos por segundo. Como ejemplo, una hectárea de verduras de hoja requiere 1 l/s de agua, eso es 86.400 l por día: 12 has emplean más de un millón de litros por día, y a nadie se le ocurre preocuparse porque unas pocas hectáreas de espinaca necesiten millones de litros por día.



La industria minera usa cerca del 2% del agua empleada por el hombre, unas 35 veces menos que la agricultura. En el mismo 2% están Australia y Perú, cerca del 1% en USA y en muy pocos países se superan esos valores, como en Chile (4%) y Canadá (4%), prácticamente el techo de uso de agua, dada la madurez del sector minero en esos países.



No, el medio ambiente no les interesa, ya que antes de preocuparse por el riesgo eventual de una posible producción minera en el futuro, hay casos concretos y actuales de contaminación que los afectan todos los días y que no los mueve a manifestación ni artículo en la prensa alguna. El problema no está en Cajamarca, es en el mismo Ibagué, por las aguas negras cloacales urbanas que contaminan los cursos de agua que recorren la ciudad y abastecen la producción agrícola aguas abajo.



Escapando del tema técnico, sobre el que un sociólogo no debiera opinar, por una elemental cuestión de incumbencias profesionales, todo se resume en exigir al estado que cumpla y haga cumplir la ley. Ni la minería ni ninguna otra actividad deben contaminar, porque contaminar es delito. No es tan complicado, en todo el mundo las empresas utilizan la misma tecnología, en Suecia, Finlandia, Canadá, Irlanda, Chile, Australia. Brasil o Noruega. Si allá es posible hacerlo, no dudo que los ingenieros colombianos lo pueden hacer, lo deben hacer.



Los mismos ingenieros que construyen puentes, caminos y represas, son los que extraen los minerales. Los mismos ingenieros que diseñan, construyen y supervisan nuestras industrias químicas, de alimentos, farmacéuticas, etc.,  son los que, utilizando la misma ciencia física y química, e incluso productos químicos similares, procesan nuestros minerales. Aplican las mejores prácticas y medidas de seguridad disponibles; son nuestros ingenieros, recibidos en nuestras universidades. Confiamos en ellos cuando fabrican nuestros medicamentos, confiemos en ellos cuando procesan nuestros minerales.




¿Catástrofes sociales? Molano Bravo nos habla de “desplazados”, de “prostíbulos, casinos, discotecas, bares, hoteluchos y similares”, que “las tasas de homicidios y desapariciones forzadas son más altas en municipios mineros que en el promedio nacional; igual pasa con los índices de NBI.” No es el caso de los estados mineros de USA, ni de Suecia, Canadá, Australia, Chile o las regiones mineras de Brasil, Argentina o Perú. No es el caso de Antofagasta, capital de la gran minería, la ciudad de América Latina con mayor calidad de vida (ingreso, salud, educación, espacios públicos, transporte, seguridad, etc.), ubicada en una Región de Chile que depende casi absolutamente de la gran minería industrial.



¿Es un problema ideológico? En cuanto a las objeciones sobre el modelo económico y político que rige en Colombia y la evidente preferencia de Molano Bravo por otro tipo de organización, es un tema ajeno a la minería. Es un debate político que se resuelve periódicamente mediante el sufragio y diariamente por los representantes en el Parlamento, al menos es así en los países democráticos como Colombia.



¿Y la minería ILEGAL? Desearía no dudar de la sincera preocupación del autor en proteger los recursos tributarios del país y el medio ambiente del Tolima y de Colombia. Sin embargo, en la nota ha olvidado mencionar a la otra minería, la MINERÍA ILEGAL, que no aporta ningún impuesto, que produce catástrofes ambientales, que no respeta legislación alguna, que emplea mano de obra en condiciones infrahumanas, incluso infantil, que es fuente de financiamiento de grupos armados que combaten la ley y la paz de los colombianos. Si Molano Bravo busca verdaderas catástrofes sociales, las tiene que buscar en las regiones donde se hace minería ILEGAL. Pero de esa minería no se ocupa, ni la menciona en su nota. Al igual que Molano Bravo, por esa minería nadie marcha en Ibagué, nadie sale a cuidar el medio ambiente, ni una pancarta, ni una pintada en la pared, nada…




¿NO LES IMPORTA LA MINERÍA ILEGAL?  Desearía creer que no se dan cuenta que combatiendo a la minería legal, le hacen un gran favor a los grupos armados que desafían la ley, destruyen el medio ambiente y el futuro de los colombianos. Desearía creer que es sólo ingenuidad, realmente, ¿no se dan cuenta?, ¿pueden ser tan ingenuos?



Qué bueno sería verlos marchar por el NO A LA MINERÍA ILEGAL, entonces podríamos creer que realmente defienden la vida, el medio ambiente, la paz y el trabajo digno de los colombianos. MINERÍA LEGAL es PRESENCIA DEL ESTADO en el territorio, en los caminos, en los bosques, en la selva… pero ellos la combaten. ¿QUÉ INTERESES ESTÁN DEFENDIENDO?