12/5/15
Cuidado, ¿quién te asesora en medio ambiente?
Ignorancia,
prejuicio y repetición de slogans… ¿alcanzan para asesorar al candidato?
Los
políticos necesitan asesores, y especialmente cuando están en campaña. Hay
profesionales muy útiles para conocer los detalles de algún tema y fijar
políticas, e incluso llegan a ocupar cargos en el área si el candidato gana.
Otros sólo sirven para diseñar un discurso “políticamente correcto”, muy útil
para quedar bien con la gente sin decir nada en concreto. Lo importante, es que
el político sepa distinguir la diferencia entre ambos, para no terminar
creyendo el discurso del vendedor de humo, y menos aún, colocarlo en la función
pública.
El
precandidato presidencial argentino Sergio Massa, eligió a su “experto” en Medio Ambiente, es el periodista-ambientalista Sergio Federovisky. Veamos si es un “asesor” en serio…
o sólo otro vendedor de humo.
Hace
tiempo, el periodista-ambientalista nos “explicó” el problema del Famatina…
A fines del
2011, la empresa minera Osisko hizo un convenio con el Gobierno de La Rioja
para explorar el proyecto Famatina, propiedad de la Provincia. Durante los dos
primeros meses del 2012, una fuerte y experimentada oposición antiminera
bloqueó el acceso al proyecto. Un bloqueo totalmente innecesario, pues aún no había
sido tramitado el correspondiente Estudio de Impacto Ambiental, indispensable
para comenzar las tareas de campo. Cuando meses más tarde el EIA fue aprobado,
ya la empresa había perdido interés de invertir en Argentina.
Como fue un
verano muy caliente y sin noticias, las manifestaciones antimineras lograron
repercusión nacional. Políticos de segundo nivel, periodistas, aventureros y oportunistas
se prendieron al tema para lograr su minuto de cámara, de micrófono, de fama,
todos juntos para “salvar el planeta”. Federovisky no pudo desperdiciar la oportunidad y escribió Las lecciones del Famatina.
Veamos algunos detalles de su
nota:
Confunde emisión
con contaminación….
“Preguntar
si una actividad extractiva contamina es como preguntarse si la lluvia moja:
moja cuando llueve y no moja cuando no llueve…. El diccionario define
contaminación como “alteración de la pureza o condiciones normales de una cosa
o un medio por agentes químicos o físicos…” Ergo, la sola intervención sobre
una montaña para quitar el oro disperso en sus terrones implica contaminación”.
Como
“experto”, debiera conocer que toda actividad: agrícola, industrial,
transporte, etc… emite y tiene impacto, incluso nosotros mismos lo hacemos
cuando vamos al baño. Es contaminación, cuando esas emisiones superan las
normas legales, cada vez más exigentes.
Como
“experto” debiera saber que no toda emisión implica contaminación, y menos aún afectación
permanente ni generación de pasivos ambientales. Como “experto” no puede ignorar que existe la tecnología, las normas legales y los medios de control para hacer
cualquier actividad industrial, agrícola, etc. sin contaminar, respetando el medio
ambiente y cumpliendo con la ley. Como periodista, debiera poder explicarlo.
No conoce
cómo se hace minería
“La minería
metalífera actual nada tiene que ver con el romanticismo del socavón y la
zaranda para hallar la pepita de oro. Agotados los minerales en veta por la
devastación del siglo pasado, la minería actual identifica en qué sitio hay más
oro porcentual por gramo de tierra, dinamita la montaña señalada y luego
separa, con ingentes cantidades de agua y cianuro, el metal precioso del
resto”.
La minería
del socavón y la zaranda no tienen nada de romántico. La realidad de la minería
artesanal es mucho más triste, basta preguntar a los hombres, mujeres y niños
que trabajan en condiciones infrahumanas en la minería informal artesanal, sin
respetar norma laboral ni ambiental alguna. Pero al “experto” sólo le preocupa
la minería industrial moderna, la minería LEGAL.
Por suerte
existe la tecnología que permite poner a disposición de miles de millones de
personas las rocas, minerales y metales con los que construimos nuestra
civilización. Y la minería moderna lo hace cuidando el medio ambiente y a los
trabajadores, respetando la ley. Y si no lo hace, es un delito.
Los
minerales en veta no se han agotado, como dice el “experto”. La naturaleza
dispuso el mineral y el hombre busca la forma más eficiente y segura de
extraerlo. Hacerlo a “cielo abierto” no es decisión de unos gerentes malos, es
una opción técnica, que depende de las condiciones geográficas, distribución
del mineral, de los costos, y hasta del clima. Incluso un mismo yacimiento
puede ser puesto en producción en parte a “cielo abierto” y en parte
subterráneo a lo largo de su vida, en forma consecutiva e incluso simultánea. Es
el caso de la mina Chuquicamata, que luego de 100 años de extracción a “cielo
abierto”, se prepara para al menos otros 40 años de extracción subterránea.
Respecto a
la burda simplificación que hace al describir el procedimiento de extracción y
procesamiento del mineral, sería interesante que el “experto” leyera algo sobre
el tema antes de hablar…
Otra vez
sopa: “millones de litros por día”, y dale con el cianuro…
“…25
millones de litros de agua y 11 toneladas de cianuro por día…”
Hablar de
millones de litros por día tiene un fuerte impacto mediático, pero la cifra no
representa absolutamente nada, la forma correcta de medir caudales es en litros
o metros cúbicos por segundo. Como ejemplo, una hectárea de verduras de hoja
requiere 1 l/s de riego, eso es 86.400 l por día: 12 has consumen más de un
millón de litros por día, y a nadie se le ocurre preocuparse porque unas pocas
hectáreas de acelga consuman millones de litros por día de agua.
Tomemos el
ejemplo de la provincia de San Juan (Argentina). Según datos de Hidráulica, los permisos asignados de uso de
agua para las minas Veladero, Gualcamayo y Casposo, y para los proyectos Pachón
y Pascua Lama, son por 100 veces menos de agua que el uso agrícola. Y estamos
hablando de permisos, el uso real es muy inferior, cerca de la mitad, por la
reutilización del agua cuando las minas ya están en funcionamiento.
En cuanto
al cianuro, recordemos que el cerca del 90% del cianuro en el mundo no se usa
en minería, se emplea en el resto de la industria, incluso en la
vitivinicultura. A Federovisky no parece preocuparle el uso del cianuro en la fabricación de vino, una práctica normada por el Institutito
Nacional de Vitivinicultura (en Argentina) y por el Reglamento Vitivinícola del
Mercosur.
ARGENTINA:
¿un paraíso para hacer minería?
“…el sector
minero fue el de mayor rentabilidad no sólo por el precio de sus exportaciones,
sino por el régimen legal argentino, “de los más atractivos del mundo”.
Todos los
años, el Fraser Institute elabora el Survey of Mining Companies, donde ordena los
países y estados en función de parámetros que influyen en la decisión de
invertir en minería. Los autores calculan un índice combinado, que expresa el
efecto de las políticas gubernamentales y la incertidumbre administrativa, las
dificultades de interpretación y aplicación de las normas, tanto ambientales
como impositivas y laborales, el marco de estabilidad política y de seguridad.
También considera la duplicación e incoherencias de la normativa, la incertidumbre
en cuanto a las políticas de tierras
indígenas y áreas protegidas, así como la presencia de infraestructura y la disponibilidad
de bases de datos geológicos.
En su
edición del 2011, correspondiente a la fecha en que
el “experto” escribió la nota, Argentina estaba ubicada en el puesto 60 de 79, muy lejos por
cierto de ser “de los más atractivos del mundo”, más bien entre los menos. Un informe
que el “experto” no consultó.
Y debe estar seriamente preocupado por el agua
que usaría la minería en Famatina
Si en
Famatina se encontrara un yacimiento en condiciones de ser puesto en
producción, usaría agua del Río Amarillo, agua no apta para consumo humano ni uso agrícola por contaminación de origen natural.
Pero el “experto ambientalista” tampoco sabe eso.
Pasaron
tres años y el “experto” sigue insistiendo con Famatina…
Tres años
más tarde y el “asesor” no parece haber aprendido nada. En la nota del 9 de
mayo del 2015: Minería, sin licencia ni ética vuelve a dar rienda suelta a su
ignorancia y prejuicio. No sólo insiste con los “millones de litros por día”
sino que se refiere a la minera OSISKO como china. En todo este tiempo no se
enteró que la empresa es canadiense.
Y otra vez:
“Es que la minería de hoy, dado que ha desaparecido la veta de mineral puro
como oro y plata tras quinientos años posteriores a Potosí, sólo funciona
volando con dinamita una montaña y separando los metales valiosos del resto de
la roca con una mezcla de agua y cianuro”. NO, no aprendió nada…
El “asesor”
no sabe de dónde se sacaría el agua para una eventual mina en Famatina, ni cómo
se procesan los minerales, y hasta llega a juzgar de romántica a la minera del
socavón, esa minería artesanal y primitiva, que normalmente no respeta norma
legal, laboral ni ambiental alguna. El “experto” no se priva de hablar de los “millones
de litros por día” y coloca a la minería argentina entre las más “atractivas
del mundo”. Ni siquiera sabe que la empresa “china OSISKO” es canadiense.
Ignorancia,
prejuicio y repetición de slogans… ¿alcanzan para ejercer el periodismo
ambiental?, y peor aún, ¿alcanzan para asesorar al candidato y diseñar sus
políticas?